Es una de las eternas preguntas del viajero cuando se enfrenta a un nuevo destino. ¿Improviso o me lo preparo? ¿Lo llevo todo estudiado o dejo que la ruta me vaya sorprendiendo? ¿Me ato de antemano con hoteles y entradas compradas o voy reservando sobre la marcha? Yo he tenido temporadas de una y de otra tendencia, pero con el tiempo me he convencido de que un viaje planificado sabe más… y mejor.
