Que Londres es una de las ciudades más caras del mundo lo sabe cualquiera que haya reservado un hotel, comprado un billete de metro, pedido una cerveza o pagado cualquier atracción turística en la capital británica. Pero aún existen opciones gratuitas y el ‘SkyGarden’ es un auténtico descubrimiento de reciente apertura: un espectacular mirador en el corazón de la City por el que no hay que pagar nada. Na-da.
Se trata de una enorme terraza interior y exterior ubicada en el rascacielos llamado 20 Fenchurch Street, uno de los edificios más nuevos del distrito financiero que se levanta 160 metros de altura sobre la vieja Londinium y que, como buen icono arquitectónico, no ha estado exento de polémica.
Adecuado o no al entorno (para gustos los hormigones), lo cierto es que al visitante le permite llegar hasta casi lo más alto y disfrutar de una vista de 360 grados. Los días en los que la climatología lo permite (no fue nuestro caso por culpa de los fuertes vientos) se puede salir a una terraza al aire libre, y de lo contrario se admira el paisaje urbano tras los cristales de un jardín con varios bares y restaurantes.
Uno puede, por ejemplo, asomarse al Támesis a enfrentarse con el gigante del Shard. Esta esbelta pirámide es el rascacielos más alto de Europa y también tiene su particular mirador con vistas que quitan el sentido, pero la entrada cuesta 30 eurazos… por eso el SkyGarden es una estupenda alternativa que no llega tan alto pero que compensa por su gratuidad.

A lo largo de recorrido las cristaleras tienen pequeños rótulos y dibujos que explican lo que estás viendo justo frente a ti pero en la mayoría de los casos no necesitas ninguna descripción. A tus pies aparecen la Torre de Londres, el puente de la Torre o el Banco de Inglaterra. Justo frente a tus narices se erigen los demás rascacielos de la City como el gran ‘Pepinillo’ del 30 de St Mary Axe o el edificio Lloyd’s.

Un poco más allá se observan perfectamente la catedral de San Pablo (hacia el oeste) o la jungla de cristal del Canary Wharf (al este).


Merece por tanto mucho la pena pasar en su interior una hora larga para disfrutar tranquilamente y quemar el carrete de fotos.

Eso sí, para poder acceder hay que ser mínimamente previsores. El aforo interior es limitado y debe reservarse con antelación. La página web https://skygarden.london suele abrir la venta de entradas a primera hora del lunes para la semana siguiente (no la que empieza ese día, sino la posterior), así que pensaos un día y un momento concretos, sentaos delante del ordenador o del teléfono y procurad que no os quiten el sitio porque algunas franjas horarias vuelan.

A la entrada del edificio se forma una pequeña cola que no dura más de 15 minutos y podéis colocaros en ella desde 10 minutos antes de la hora programada en vuestra entrada hasta 30 minutos después.
Los accesos gratuitos se acaban a las 18 horas de lunes a viernes y a las 21 horas los fines de semana. A partir de ese momento podéis subir también siempre que tengáis una reserva en el bar o el restaurante. En su propia web lo detallan todo bastante bien.
Suerte y a por las alturas londinenses !